jueves, 27 de mayo de 2010

Nada será como antes

De la crisis saldremos, de todas las crisis se salen, pero ya nada volverá a ser igual. No puede volver a ser igual. La salida no será indolora, no se debe engañar a los ciudadanos; cuando todo esto haya pasado, todos nos habremos dejado algunos pelos en la gatera.

Después de la salida de la crisis, habrá un tiempo en que no se podrá igualar el nivel de vida de los años de la burbuja económica. Hay que empezar a mentalizarse de que todos viviremos algo peor, que no se podrá esperar de las Administraciones ciertos servicios y dádivas, y entre estas Administraciones también se encuentra la Local.

El nivel de ingresos de los ayuntamientos nunca será el que hubo hasta el año 2007. En los próximos años nos tendremos que acostumbrar a un nivel de ingresos menor que el de los años 2008-2009. La lucha contra el déficit de España, va a suponer menores gastos, que necesariamente va a repercutir en menos recursos para comunidades y los ayuntamientos. Esperar a un héroe que venga a salvarnos, es un simple ejercicio de irresponsabilidad. Con lo que hay es con lo que tendremos que funcionar de la mejor manera.

Por eso es imprescindible que empecemos a explicar a los vecinos que nos toca apretarnos el cinturón, y que necesariamente se ha de recortar algunos de los servicios que se venían dando. Es una obviedad que con los ingresos que obtenemos no podemos hacer frente a los gastos que ocasionamos. La capacidad de endeudamiento ya está en el límite. Y esto es importante que lo sepamos, recuerdo que cuando estuvimos explicando los recortes en la Escuela de Música, hubo una intervención que defendía que la capacidad de endeudamiento de las administraciones es ilimitada. Nada más lejos de la realidad, y como ejemplo sirva el caso de Grecia. Las Administraciones no pueden liquidarse como una empresa privada, pero si pueden quebrar.

Es fundamental que consigamos convencer a los vecinos, de que el Ayuntamiento no puede seguir dando los servicios, tal y como hasta ahora venía haciendo, ya que es imposible afrontar su pago. No nos queda otra solución que equilibrar los gastos con los ingresos. Y para ello sólo quedan tres caminos.

1. Reducción al máximo de los gastos, mediante un fuerte Plan de Austeridad.
Habrá que eliminar los gastos superfluos, como los gastos de representación, regalos y actos protocolarios. La adquisición de suministros se debe limitar a lo estrictamente necesario. Se debe utilizar los recursos energéticos con responsabilidad.

2. Realizar una gestión eficiente que optimice los recursos. El principal recurso del Ayuntamiento es su personal, al que dedica casi la mitad de lo que ingresa. Por lo que es de absoluta necesidad mejorar su productividad. Sirva de ejemplo lo ocurrido en las oficinas del Ayuntamiento, en donde había una cantidad considerable de administrativos cuyo trabajo apenas tenía valor. En el negociado de Contabilidad se limitaban a fotocopiar las facturas y enviárselas cada cierto tiempo a una empresa. Esto suponía el coste de la empresa, y lo que es peor, una falta absoluta de control presupuestario. Ahora la contabilidad municipal se lleva directamente, mejorando sensiblemente el control, a la vez que se dota de todo sentido su puesto de trabajo.

Las nóminas eran realizadas por una gestoría, que tenía un coste mensual equivalente al salario de un administrativo. Después de formar a personal en gestión de nóminas, es el propio Ayuntamiento quién realiza esta tarea.

Muchos servicios municipales contaban con su administrativo o personal encargado de la administración (Escuela de Música, Casa de Niños, Casa de la Cultura, etc.), ahora el personal del Ayuntamiento lleva estas tareas directamente, ahorrando costes.

Esta manera de proceder es la que se debe aplicar a otros departamentos municipales, pese a las reticencias que pueda ocasionar entre el personal.

3. Reducir la cantidad o la calidad de algunos servicios. Desgraciadamente, en otros casos no cabrá otra salida que el recorte en la cantidad de algunos servicios, como ya se ha experimentado en la Escuela de Música, o en la Casa de la Cultura. Los festejos será inevitable que pierdan en calidad. Y este recorte se tendrá que extender a otras áreas hasta que consigamos que los servicios sean sostenibles.

Lo que se debe exigir al gobernante es que acierte en los recortes, evitando éstos en los servicios más perentorios, y aplicándolos más, en aquellos que sean más superfluos. Se debe exigir igualmente una gestión impecable y pocas o ninguna alegría. Es obligado mostrar decisión y liderazgo, para no transferir a la ciudadanía aún más nerviosismo. Hay que decir la verdad: es grave lo que tenemos, pero deben captar los vecinos que sabemos lo que hacemos, que tenemos un Plan.

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