miércoles, 26 de marzo de 2008

Los análisis postelectorales del PP

Los análisis postelectorales del PP en las derrotas son cuando menos sui géneris. La derrota siempre la aceptan de mala gana, sobre todo cuando sus encuestan les dan ganadores; entonces anteponen éstas a los resultados finales y buscan excusas para explicar la derrota. En el año 1989, tuvimos que oír que el gobierno poco menos había preparado un pucherazo, porque después de las ocho había colegios electorales abiertos. Palabras gravísimas que fueron pronunciadas por los “moderados” Gallardón y Arenas. Cascos, más duro, achacó su derrota, por culpa del dinero extra que había gastado el PSOE en la campaña, gracias a los fondos de FILESA y al apoyo de la televisión gubernamental.

Si mala fue la reacción en 1989, peor la de 2003 en que no creyeron posible que el PSOE se hubiera hecho con la victoria por cuarta vez consecutiva (de ahí la legislatura crispadora que nos dieron a todos los españoles) la de 2004 batió todas las marcas del mal perder; tan mal perder que todavía hay bastantes prohombres del PP que no la han aceptado. La postura moderada: la oficial, es que el PSOE manipuló los acontecimientos terroristas del 11 de marzo para su exclusivo beneficio electoral. La línea más dura, no tienen ningún problema en decir que el atentado fue una conspiración del PSOE con la ETA, con la colaboración del terrorismo yihadista, de los servicios secretos franceses, marroquíes y españoles, y sectores corruptos de la Guardia Civil y la Policía Nacional. El objetivo era provocar un cambio de gobierno; el PSOE alcanzaba el poder, los islámicos cobraban así una deuda al PP por meter a España en la guerra de Iraq, y ETA conseguía romper España y fundar, por fin, su Euskal Herria con la inclusión de su ambicionada Navarra. Esta teoría, que ya se conoce como la Teoría Conspiranoica, es la que ha estado funcionando en algunos medios de comunicación durante estos últimos cuatro años, y a la que se han abonado no pocos miembros del PP.

Jamás se ha oído un solo análisis autocrítico, la culpa siempre es de los otros. Si no se cumple el objetivo de ganar las elecciones, ¡algo de complot tendrá que haber!. ¡Cómo recuerdan algunos lideres del PP a esos equipos llorones, que explican los malos resultados por las malas acciones de los árbitros!, vicio en el que por desgracia ya también está abonado mi Real Madrid, equipo señor, que tenía a gala no quejarse jamás de los árbitros y que siempre se autoinculpaba por las derrotas, porque un equipo como el Real Madrid debe ganar siempre, pese a los árbitros.

Todavía no se ha oído una sola voz autorizada del PP diciendo que la guerra de Iraq fue un error. Tampoco que la gestión de la crisis del 11 al 14 de marzo fue catastrófica, sobre todo en la cuestión informativa, vital en esos momentos. No habrá ni un líder del PP que diga que no se puede basar la labor de oposición a un gobierno en la política antiterrorista de éste, de manera casi exclusiva. Nadie del PP reconocerá que no se ha partido España, ni vendido Navarra, en donde por cierto gobierna Miguel Sanz (UPN/PP), gracias al apoyo del PSOE ¡con las cosas que se han oído! ¿Habrá alguien en el PP, que diga que no le puede marcar la agenda política la COPE, El Mundo o Telamadrid? Esos mismos medios que pocas horas después de los resultados electorales pedían de manera despiadada la cabeza de Mariano Rajoy, ¡y lo que te rondaré morena!

Parece como si la derecha no aceptara estar en la oposición, piensan que estar en el gobierno es su posición natural, y siempre que se ven fuera de él es pos razones exógenas, casi siempre pos conspiraciones nacionales e internacionales. Hay que aprender a perder elecciones para saber ganarlas (Felipe González dixit).

A todas las alucinadas razones que nos han dado desde el PP para explicar sus derrotas se añade una nueva, que creo que va a tener bastante éxito entre los políticos populares y los analistas de los medios más ultras y amarillos de la derecha. La victoria del PSOE se ha basado en los votos extremistas de la izquierda y de los partidos separatistas; mientras que los votos del PP son los votos de la gente centrada y decente de Expaña, como le gusta decir a Federico el Grande. Ya no vale el axioma: un hombre un voto. Ahora hay que analizar la calidad de los votantes para saber de la bondad de los resultados. No se pueden ganar las elecciones así como así, sólo deberían valer los votos de la gente normal, decente y éstos están mayoritariamente en el PP, mientras que en el PSOE están los del lumpen político; por tanto la victoria del PSOE en el 2008 está de nuevo en entredicho. Preparémonos a oír explicaciones de esta jaez en las próximas semanas, y quién sabe si no en toda la legislatura.